Si ayer al menos el Madrid tuvo
la oportunidad de disponer de cinco minutos
de ilusión, hoy el Barcelona ni tan siquiera la tuvo un segundo. Desde luego no
se puede hablar de sorpresa, o algo inesperado, visto lo ocurrido la semana
pasada en Alemania, en donde el Bayer mostró todo su fútbol, lo ocurrido hoy en
el Camp Nou era algo que podía ocurrir.
El Bayer ha sido el único equipo
capaz hasta ahora de marcarle un ritmo y un estilo de juego propio a un Barcelona
en el que han sido estas premisas, estilo y ritmo, su punto fuerte durante
estos últimos cuatro años. Lejos queda aquel Manchester United que intentó
jugarle de tú a tú al Barsa, con trágicas consecuencias para los de Old Trafford.
El Bayer le ha pasado por encima
en el global de la eliminatoria 7-0, algo humillante para un Barcelona que ha
marcado tendencia en los últimos años. Desde el primer minuto la presión y el
ritmo impuesto por los de Heynckes ha dejado claro que el Bayer venía por el
partido, que la pregunta era cuando iba a marcar, en ningún momento dío la sensación
de que era el Barsa el que lo pudiera hacer. No ha sido la falta de Messi, que
se nota y mucho, ya con él este Barcelona ha dejado de ser aquel equipo capaz
de desiquilibrar a cualquier contrario, se ha vulgarizado que diría el
mismísimo Johan.
Final en Wembley entre dos
equipos alemanes que, hoy por hoy, son los dos mejores equipos de Europa. Dos
equipos con una reciproca visión del fútbol, presión, y juego de equipo no
exenta de calidad y talento.
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